Según datos de la clínica
Ginefiv, en los últimos 5 años se ha multiplicado por 2,5 la cifra
de mujeres solteras que acuden a un centro de reproducción asistida.
Incluso, en la presente coyuntura de crisis, este último año se ha
mantenido el nº de pacientes solteras que acudieron a consulta
durante el pasado 2011, donde hubo un crecimiento del 28%.
Con estos datos, la clínica Ginefiv ha concluido
que, a pesar de la actual situación económica, las mujeres solteras no
renuncian al deseo de tener un hijo. Esto se debe a que el 90% de las
mujeres que optan por la maternidad en solitario tiene una situación
económica favorable con trabajo estable. Además, la edad media de estas
mujeres se sitúa en más 39 años, edad en la se tienen mayores
dificultades en la gestación, ya que ha disminuido la reserva ovárica y
los óvulos son de peor calidad.
Victoria Verdú, coordinadora de
Ginecología de Ginefiv, comentó que "estas mujeres han aplazado la
maternidad hasta haber desarrollado su carrera profesional o encontrar
pareja estable. Sin embargo, se encuentran en el límite de su edad
reproductiva, por lo que deciden tener un hijo solas al no poder
retrasar más la hora de la maternidad y contar, además, con
independencia económica".
Donante joven y sano.
Gracias al mayor acceso a las
técnicas de reproducción asistida, cada vez más mujeres pueden tener un
hijo propio aunque no tengan pareja.
Victoria Verdú explicó que las
opciones que la reproducción asistida ofrece a las madres solteras para
lograr el embarazo "son exactamente las mismas que a cualquier otra
mujer, con la diferencia de que se tendrá que recurrir a la donación de
semen para obtener el gameto masculino". Para ello, se busca un donante
joven y sano que tenga unas características fenotípicas similares a la
madre con el objetivo de que el bebé sea lo más parecido posible.
En
todo momento, la donación será anónima, por lo que no se sabrá la
identidad del donante.
Dependiendo
del perfil de la paciente, se podrá realizar una Inseminación
Artificial (IA), en el caso de que sea sana y fértil, o se efectuará una
Fecundación in Vitro (FIV), principalmente a partir de los 38 años,
donde se reduce la capacidad ovocitaria y la tasa de anomalías
cromosómicas es más alta.
No obstante, la ginecóloga indica que "se debe
tener en cuenta que aquellas pacientes que no puedan utilizar sus
propios óvulos, podrán recurrir también a la donación de ovocitos o
embriones para vivir la experiencia de ser madre".
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