miércoles, 26 de febrero de 2020

Los tratamientos disponibles para enfermedades raras pasan de 8 a 169, en 20 años

acta sanitaria, MADRID , 25 FEB 2020
Con motivo del Día Mundial de las Enfermedades Raras, que se celebra este domingo, 29 de febrero, Farmaindustria ha destacado que «los frutos empezaron a llegar», ya que «si en año 2000 apenas existían 8 tratamientos para el conjunto de las enfermedades raras, hoy los tratamientos disponibles se han multiplicado por 20 y ya son 169, lo que permite tratar cerca de 90 patologías».
La investigación en enfermedades poco frecuentes o raras –aquellas que afectan solo a una de cada 2.000 personas- vivió un punto de inflexión en el año 2000. En esa fecha, la Unión Europea (UE) adoptó el Reglamento sobre medicamentos huérfanos, que estableció incentivos para la investigación, el desarrollo y la comercialización de tratamientos para estas patologías que en Europa padecen 30 millones de personas. Esta norma, producto del diálogo entre autoridades e industria farmacéutica y que fomenta la colaboración público-privada, estimuló el trabajo de las compañías farmacéuticas en este campo.
Antes de la entrada en vigor de esta normativa, «la investigación en esta área era limitada y con escaso éxito», lamenta la patronal de la industria farmacéutica, que asegura que, «ahora, el ritmo de aprobaciones es de 9 medicamentos al año, alrededor del 25 % de los nuevos fármacos que aprueba cada año la Agencia Europea del Medicamento (EMA)».
En este contexto, Farmaindustria resalta que «la I+D de nuevos medicamentos implica un alto riesgo y grandes inversiones, y en el caso de las enfermedades poco frecuentes se suma el escaso número de pacientes afectados por cada patología, lo que hace aún más complicada la labor de investigación y la obtención de un retorno a esa cuantiosa inversión».
Medidas de estímulo
Este Reglamento europeo prevé, entre otras medidas de estímulo, mayor agilidad en el proceso de aprobación, un protocolo de asistencia y asesoramiento específico por parte de la Agencia comunitaria y ayudas financieras para la realización de ensayos clínicos, además de un periodo de exclusividad en el mercado tras la aprobación del nuevo medicamento (10 años; 12 si el fármaco se autoriza para uso pediátrico).
«Europa se ha beneficiado enormemente de la adopción de este marco regulatorio para fármacos huérfanos y los incentivos específicos que estableció. Esto se refleja cuando vemos, por ejemplo, el número de profesionales que los laboratorios dedican a investigar y desarrollar estos medicamentos, que pasó de 2.000 a 5.000 en menos de una década tras la aprobación del citado Reglamento», resalta la directora del Departamento Internacional de Farmaindustria, Iciar Sanz de Madrid.
Según los datos del Registro Español de Ensayos Clínicos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), 1 de cada 5 ensayos en marcha (el 18,6%) corresponde a medicamentos para patologías poco frecuentes. A pesar de los avances conseguidos en estos últimos 20 años, el 95 % del total de las enfermedades poco frecuentes conocidas -más de 5.000 patologías- no dispone aún de tratamiento.
Por eso, desde la Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia), a la que pertenece Farmaindustria, se realiza un llamamiento a las autoridades europeas para que se disponga un marco regulatorio «estable y predecible con unos incentivos sólidos» para la investigación y el desarrollo de medicamentos huérfanos y dar así esperanza a los pacientes que viven con estas patologías.

miércoles, 12 de febrero de 2020

Primera edición genética de embriones humanos en España

Arranca un estudio para comprender qué ocurre justo después de la fecundación.
JOSEP CORBELLA, BARCELONA, 10/02/2020
Cómo se desarrolla un embrión humano? 

Es la pregunta fundamental a la que intenta dar respuesta la 1ª investigación en que se editará el ADN de embriones humanos en España.
No nacerá ningún bebé a partir de los embriones utilizados en esta investigación, aclara la bióloga Anna Veiga , que lidera el proyecto. Pero los resultados podrían aclarar por qué algunas parejas son infértiles sin que haya ninguna razón aparente que lo explique.
Conocemos con detalle el desarrollo embrionario de algunas especies como los ratones. Sin embargo, conocemos mucho peor cómo se desarrollan los embriones humanos”, declara Veiga, directora del Banco de Líneas Celulares en el instituto Idibell en Bellvitge y directora científica del servicio de medicina de la reproducción Dexeus Mujer. 
Una mejor comprensión de lo que ocurre en las 1ªs horas y días después de la fecundación, añade, ayudará a mejorar en un futuro los tratamientos de reproducción asistida.
No nacerán bebés
Las células no se implantarán en ninguna mujer para conseguir un embarazo. “No todos los embriones que se fecundan in vitro se desarrollan”, informa Montserrat Boada, directora el Laboratorio de Reproducción Asistida de Dexeus Mujer, que colabora en el proyecto. 
En la actualidad, aproximadamente el 40% de las parejas que acuden a un centro de reproducción asistida suelen conseguir un embarazo al 1º intento. Tras varios intentos, la tasa de embarazo llega a más del 80%. Pero “hay cerca de un 15% de parejas en que no podemos conseguir un embarazo y no sabemos por qué”, señala Boada. “Hay aún factores importantes en el desarrollo embrionario que no comprendemos”.
El proyecto de edición genética de embriones humanos tiene una vertiente de ciencia básica y otra de desarrollo tecnológico, informa Ángel Raya, director del programa de medicina regenerativa del Idibell, también involucrado en la iniciativa. 
La vertiente de ciencia básica consiste en averiguar cuáles son los genes que dirigen el crecimiento inicial del embrión en la especie humana.
Relevancia médica
Los resultados pueden aclarar por qué hay parejas que no consiguen tener embriones viables.
El trabajo se focalizará en 4 genes concretos que, a tenor de los resultados de investigaciones anteriores, tienen probablemente un papel relevante. Se utilizarán embriones donados para investigación por parejas que se han sometido a tratamientos de reproducción asistida.
Partiendo de embriones formados aún por una sola célula, se inactivará uno u otro de estos genes. Se dejará que los embriones se desarrollen durante 6 días, hasta que tengan unas 200 células.
Comparando los embriones genéticamente modificados con embriones sanos, se podrán deducir las funciones de cada 1 de los 4 genes durante los 1ºs días de desarrollo.
Inicio inminente
Está previsto iniciar los experimentos en el instituto Idibell de Bellvitge este mismo mes
Los experimentos se iniciarán con el gen de la proteína OCT4, muy conocido en biología del desarrollo porque da a las células madre el don de la pluripotencia (es decir, la capacidad de convertirse en cualquier tejido del organismo, como ocurre en fases tempranas del desarrollo embrionario). Después se ampliarán a otros 3 genes que se activan poco después de la concepción: 
el ZSCAN4 (necesario para que los embriones de ratón pasen de 2 a 4 células); 
el H2AFZ (implicado en las células madre embrionarias); y 
el RBBP6 (cuya ausencia es letal en embriones de ratón).
Que nos centremos en 4 genes no significa que sean los únicos importantes”, advierte Ángel Raya. “Empezamos por estos 4 para poner a punto la tecnología que nos permitirá avanzar más en el futuro”.
La vertiente de desarrollo tecnológico del proyecto consiste precisamente en aplicar la técnica de edición genética CRISPR-Cas9 a embriones humanos. Aunque esta técnica permite modificar el ADN de manera rápida, sencilla y barata, aún no es lo bastante precisa para utilizarla con fines médicos en medicina de la reproducción.
En ningún caso nos planteamos transferir los embriones a una mujer para conseguir un embarazo”, señala Ángel Raya. “Es ilegal y en estos momentos la técnica no es suficientemente segura”.
El precedente del investigador chino He Jiankui, que utilizó la misma técnica CRISPR-Cas9 para editar el genoma de 2 niñas nacidas en 2018 y que ha sido condenado a 3 años de cárcel, es “totalmente reprobable”, denuncia Anna Veiga. “Hizo un uso no ético de la técnica de edición genética. Pero esta misma técnica se puede aplicar de manera ética en embriones humanos para resolver problemas científicos relevantes”.
Crítica a He Jiankui
Modificar el ADN de 2 niñas nacidas en China fue “totalmente reprobable”, según la bióloga Anna Veiga
Como ejemplo de uso ético de la edición genética en embriones humanos, Veiga cita una investigación del Instituto Francis Crick de Londres publicada en 2017 en que se inactivó el gen de la proteína OCT4. “Pero hay muy pocos precedentes”, declara Veiga. “Este es un campo en que aún tenemos mucho que aprender”.
Obtener la autorización para realizar la investigación ha costado más de 1 año. Anna Veiga y Montse Boada presentaron el proyecto al departament de Salut en noviembre de 2018. Previamente habían recibido luz verde de los comités de ética del instituto Idibell y de Dexeus Mujer. Salut remitió la propuesta al ministerio de Sanidad, pues debía ser autorizado por la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida. Tras recibir la respuesta del ministerio, Salut comunicó a Veiga y Boada el 12 de diciembre que el proyecto había sido aprobado. Con la técnica CRISPR-Cas9
Se inactivarán 4 genes en los embriones para ver qué función tienen en el desarrollo
Ya hemos empezado a contactar con las familias que donaron sus embriones para investigación, pues deben autorizar su uso para este proyecto concreto”, informa Boada. En la mayoría de casos se trata de parejas que se sometieron a tratamientos de reproducción asistida hace más de una década, cuando era común congelar embriones inmediatamente después de la fecundación, en un momento en que tenían aún una sola célula. Hoy en día se suelen vitrificar los embriones cuando tienen unas 200 células, 5 ó 6 días después de la fecundación, por lo que no serían útiles para este proyecto de investigación.
El plan de trabajo prevé empezar a editar el ADN de los 1ºs embriones este mismo mes en un laboratorio del Idibell. El proyecto, de 2 años y medio de duración, tiene un presupuesto de 200.000 € que será sufragado en un principio con fondos propios del Idibell y de Dexeus Mujer. “Pero ahora que hemos recibido la autorización podemos presentarnos a convocatorias para buscar financiación externa”, señala Raya.

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