domingo, 29 de abril de 2007

Estudio Cubano: Sobre la Obsesión-Imagen Personal-Suicidio

En Internet; American Journal of Psychiatry: http:/ajp.psychiatryonline.org/
Personas con deformidad corporal propensas al suicidio .

Las personas con “trastorno dismórfico corporal” son 45 veces más propensas a suicidarse que la población general, según demostró un nuevo estudio.
El hallazgo destaca la importancia de reconocer y tratar ese desorden psiquiátrico “a menudo silencioso”, dijo a Reuters Health la doctora Katherine A. Phillips, coautora del estudio.

Las personas con trastorno dismórfico corporal (TDC) perciben una imagen distorsionada de su cuerpo y están obsesionadas con la apariencia, explicó Phillips, del Hospital Butler y la Escuela de Medicina Brown en Providence, Rhode Island.
El trastorno suele provocar autodesprecio y aislamiento social, agregó la investigadora. Es frecuente que las personas con TDC no hablen con nadie sobre su situación, ni siquiera con la pareja o los amigos íntimos.

“Trabajé con esos pacientes durante 15 años”, comentó Phillips, quien agregó: “Según mi experiencia clínica, piensan a menudo en suicidarse. Son un grupo de personas extrañamente angustiadas”. Phillips y su colega William Menard realizaron la primera investigación de seguimiento de un grupo de pacientes con TDC y publicaron los resultados en American Journal of Psychiatry.

Cada año del estudio, el 58% de los 185 participantes dijo haber pensado quitarse la vida y el 2,6% intentó suicidarse. Dos participantes se suicidaron, lo que aumenta 45 veces la tasa de suicidios en esos pacientes con respecto a la de la población general.

Estudios previos señalaron que hasta un 2,4% de las personas sufren TDC, indicó Phillips. Mientras que la mayoría nos preocupamos por la apariencia, las personas con TDC se obsesionan con esas preocupaciones hasta el límite de la discapacidad, añadió la investigadora. “Es fácil trivializar sobre el TDC. Es fácil confundirlo con vanidad”, dijo la especialista.

La mayoría de las personas con TDC pueden recibir ayuda con un tratamiento con antidepresivos conocidos como inhibidores de la recaptación selectiva de serotonina, como prozac y zoloft, o con terapia cognitiva conductual, indicó Phillips. “La buena noticia es que hay dos formas de tratamiento que parecen ser útiles para la mayoría de las personas con ese desorden”, consideró la investigadora. “Esto destaca la importancia de reconocer la enfermedad y saber que es una condición severa que puede responder muy bien a un tratamiento de salud mental”, concluyó la autora.

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