El doctor Pedro Guillén, fundador
de la Unidad de Investigación de la Clínica CEMTRO, ha publicado el
libro 'El Condrocito, una oportunidad terapéutica en Traumatología y
Cirugía Ortopédica', con el que el autor justifica el estudio del
cultivo de condrocitos autólogos y realiza una actualización del
tratamiento de las lesiones del cartílago.
La
obra repasa la evolución de esta técnica con la que se ha conseguido
reparar la lesión osteocartilaginosa y evitar la osteoartrosis,
enfermedad que rebaja en gran medida la calidad de vida del paciente. El
implante de cartílago, comenta el doctor Guillén, "supone una gran
esperanza para recuperar la funcionalidad de las articulaciones dañadas
consiguiendo buenos resultados en el 85-90% de los casos". El número de
lesiones por traumatismos de tráfico, trabajo y, sobre todo, por el
deporte es muy frecuente, "lo que motiva a los traumatólogos a estudiar
la forma de hacerles frente para evitar que degeneren en osteoartrosis".
En la presentación, el profesor
Julio R. Villanueva escribe que en este libro, en 1º lugar, se
quiere justificar el estudio del cultivo de Condrocitos Autólogos, para
realizar posteriormente una actualización del tratamiento de las
lesiones condrales y osteocondrales por distintos métodos, que ha ido
perfeccionándolos con mejores procedimientos y a lo largo de sucesivas
experiencias.
El autor realizó en 1996 su 1º
implante en España, de Condrocitos Autólogos en una rodilla. Desde
entonces ha realizado más de 400 intervenciones y durante los últimos
6 años los cultivos se vienen realizando en la Sala Blanca o Estéril,
1ª sala Terapéutica existente en España e instalada en la Clínica
CEMTRO de Madrid. En esta Sala Blanca o Estéril, pionera en el país se
producen células que se aplican en otros hospitales de España y de otros
países.
Por su parte, el autor expone en la
introducción que ésta es una nueva tecnología en la que aún queda mucho
camino por recorrer, camino que se irá haciendo a medida que se vaya
conociendo con mayor amplitud la célula, su regulación basada en un
equilibrio exquisito entre todos los compuestos químicos que sintetizan y
las componen; y cuáles son las bases moleculares en las que se
fundamenta la comunicación intercelular. Todo ello hace pensar que,
numerosas células se adhieran y trabajen juntas para formar un ente
superior : el tejido. Y cómo tejidos formados por células diferentes se
unen para formar un órgano.
No tenemos dudas acerca de que todo este
conocimiento se logrará un futuro próximo, y que la utilización de la
terapia celular e ingeniería tisular de una manera global será una
realidad.
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