Un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha perfeccionado un sistema capaz de generar un modelo celular de sarcoma de Ewing. La técnica, basada en CRISPR, permitirá generar modelos celulares para analizar los mecanismos que subyacen a la aparición y desarrollo de ésta y otras enfermedades, así como la búsqueda de nuevos tratamientos.
Estos modelos son cruciales para el estudio de nuevas vías diagnósticas y terapéuticas.
CRISPR es una técnica de edición genómica.
No solo sirve para curar enfermedades, también para recrearlas en modelos celulares con los que estudiar los eventos moleculares que las originan. Estos modelos son cruciales, además, para el estudio de nuevas vías diagnósticas y terapéuticas. En el trabajo, publicado en la revista Stem Cell Reports , los autores presentan un avance técnico significativo para recrear el sarcoma de Ewing en células madre humanas adultas y embrionarias.
“La idea es tener un sistema que permita generar un modelo lo más fidedigno posible a lo que está pasando en un tumor”, señala Sandra Rodríguez Perales, de la Unidad de Citogenética Molecular e Ingeniería Genómica y líder de la investigación.
De este modo, con un modelo que reproduzca los orígenes de la enfermedad, será posible analizar los mecanismos y bases moleculares que subyacen a cada patología.
“La idea es tener un sistema que permita generar un modelo lo más fidedigno posible a lo que está pasando en un tumor”, señala Sandra Rodríguez Perales, de la Unidad de Citogenética Molecular e Ingeniería Genómica y líder de la investigación.
De este modo, con un modelo que reproduzca los orígenes de la enfermedad, será posible analizar los mecanismos y bases moleculares que subyacen a cada patología.
En el caso del sarcoma de Ewing, el 2º cáncer de huesos con mayor incidencia, sobre todo en niños y jóvenes, el desencadenante es una translocación entre los cromosomas 11 y 22, que da lugar a la fusión de 2 genes, generando un nuevo oncogen.
Los investigadores ya habían empleado CRISPR para inducir esta alteración y generar un modelo de esta enfermedad, pero se habían topado con una baja eficacia y otras dificultades metodológicas al aplicar la técnica en células madre humanas. “Cuando trabajábamos con líneas celulares, todo iba como la seda, pero cuando lo hacíamos con células madre, encontrábamos muchos problemas”, explica Raúl Torres Ruiz coautor del estudio.
Con el fin de mejorar sus resultados y de afinar la técnica, compararon 3 estrategias para generar esta translocación de la forma más eficaz posible utilizando CRISPR. Tras varios experimentos, observaron que combinando el uso de un complejo ribonucleoproteico sgRNA-Cas9 generado en el laboratorio (en lugar de un plásmido de expresión) y de una “grapa” de ADN, una secuencia corta que une los extremos de los 2 cromosomas que rompe el sistema CRISPR y que facilita por tanto la producción de la translocación, la tasa de éxito se multiplicaba hasta por 7. Esto indica, según los autores, “una herramienta sólida para inducir translocaciones dirigidas”.
Todas las mejoras aplicadas durante el estudio han permitido a los autores generar dicho modelo en células madre pluripotentes inducidas (iPSC), que poseen un gran potencial desde el punto de vista científico, dado que constituyen un modelo celular idóneo para el estudio del desarrollo de distintas patologías, entre ellas los estadios iniciales de procesos oncogénicos. Todo ello permitirá el estudio de las bases mecanísiticas de patologías como el sarcoma de Ewing.
Es decir, no sólo puede ser útil para este sarcoma sino que es “una aproximación válida también para otras patologías”, subraya Rodríguez Perales. Esta estrategia, concluyen los autores, facilitará la creación de modelos de cáncer con células madre humanas y la edición genómica de precisión para la búsqueda de nuevos fármacos o terapias celulares, acelerando así el paso del laboratorio a la clínica”.
Los investigadores ya habían empleado CRISPR para inducir esta alteración y generar un modelo de esta enfermedad, pero se habían topado con una baja eficacia y otras dificultades metodológicas al aplicar la técnica en células madre humanas. “Cuando trabajábamos con líneas celulares, todo iba como la seda, pero cuando lo hacíamos con células madre, encontrábamos muchos problemas”, explica Raúl Torres Ruiz coautor del estudio.
Con el fin de mejorar sus resultados y de afinar la técnica, compararon 3 estrategias para generar esta translocación de la forma más eficaz posible utilizando CRISPR. Tras varios experimentos, observaron que combinando el uso de un complejo ribonucleoproteico sgRNA-Cas9 generado en el laboratorio (en lugar de un plásmido de expresión) y de una “grapa” de ADN, una secuencia corta que une los extremos de los 2 cromosomas que rompe el sistema CRISPR y que facilita por tanto la producción de la translocación, la tasa de éxito se multiplicaba hasta por 7. Esto indica, según los autores, “una herramienta sólida para inducir translocaciones dirigidas”.
Todas las mejoras aplicadas durante el estudio han permitido a los autores generar dicho modelo en células madre pluripotentes inducidas (iPSC), que poseen un gran potencial desde el punto de vista científico, dado que constituyen un modelo celular idóneo para el estudio del desarrollo de distintas patologías, entre ellas los estadios iniciales de procesos oncogénicos. Todo ello permitirá el estudio de las bases mecanísiticas de patologías como el sarcoma de Ewing.
Es decir, no sólo puede ser útil para este sarcoma sino que es “una aproximación válida también para otras patologías”, subraya Rodríguez Perales. Esta estrategia, concluyen los autores, facilitará la creación de modelos de cáncer con células madre humanas y la edición genómica de precisión para la búsqueda de nuevos fármacos o terapias celulares, acelerando así el paso del laboratorio a la clínica”.
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