La técnica ICC de implante de condrocitos autólogos, desarrollada en la Clínica CEMTRO, permite recuperar y reparar el tejido dañado tras una lesión pequeña para que no evolucione a artrosis, ya que en el 90% de los casos conduce a una regeneración total de la superficie articular", explica la doctora Isabel Guillén, del Servicio de Traumatología del hospital madrileño. En esta técnica se combinan la ingeniería tisular para la producción de tejidos y la terapia celular para la reparación de los mismos. Está indicada para lesiones focales de cartílago, secundarias a un traumatismo y de pequeño tamaño (<1x1cm), en pacientes de hasta 55 años. CEMTRO cuenta con la única sala blanca en España que puede cultivar células para fines terapéuticos.
En una 1ª intervención se
extrae una pequeña muestra del tejido cartilaginoso sano a través de la
biopsia. Las células extraídas se cultivan en el laboratorio hasta que
su proliferación alcanza varios millones de unidades.
En una 2ª
operación, y a través de artroscopia, se implantan en la zona dañada,
esto posibilita no tener que abrir la articulación y facilitar un
postoperatorio menos doloroso al paciente.
Hasta el momento se ha utilizado
para el tratamiento de lesiones de rodilla y tobillo y, el pasado mes de
septiembre, se puso en práctica en cadera. Así, se permite reducir el
dolor y la inflamación y una mejora en el movimiento de la articulación.
"En el futuro se pretende contar con un banco de células del cartílago
donde se puedan conservar hasta que el paciente pueda necesitarlas, como
ocurre con el cordón umbilical. Si un paciente joven se somete a una
operación para reparar su rodilla, por ejemplo, puede aprovecharse para
extraer una muestra, almacenarla y años más tarde realizarle el implante
y retrasar la aparición de la artrosis", expone la doctora Guillén. En
cualquier caso, como apunta esta traumatóloga, la Clínica CEMTRO
continúa investigando en el uso de terapias celulares para el
tratamiento de las patologías musculoesqueléticas y "quizás en unos años
podamos utilizarla para pacientes más mayores".
La gran dificultad de esta técnica
es que precisa de un gran equipamiento técnico y de personal altamente
especializado para realizar el cultivo de los condrocitos, que se
realizan en una sala blanca en condiciones de máxima asepsia.